
Quizá te llame la atención el título de este blog y es posible que te preguntes la razón de por qué he decidido llamarlo así. Sin embargo, para mí tiene mucho sentido. Se trata de una idea que lleva rondándome bastante tiempo.
Todo viene de años atrás cuando descubrí un disco que se ha convertido en uno de mis favoritos: The Human Equation de Ayreon. Se trata de un disco conceptual en el que se nos cuenta la historia de un hombre que, tras haber sufrido un accidente, se encuentra sumido en un coma. Ahí es donde toma relevancia su ecuación humana, es decir, la suma de sentimientos y emociones que todo ser humano ha experimentado en su vida: el amor, el orgullo, la vergüenza, la tristeza, el dolor, el miedo, la culpa, la esperanza. Todas ellas en conjunto definen quiénes somos.
Mientras el protagonista se encuentra postrado en una cama de hospital, cada una por separado le hablará intentando tomar el control, manipulando sus recuerdos. Él intentará descifrar qué ha ocurrido, descubrir la verdad, su verdad. ¿Por qué tuvo el accidente? ¿Podrá despertar el protagonista o arrastra una carga demasiado pesada para luchar por seguir viviendo?
Si quieres saberlo, tendrás que escuchar el disco, pero hazlo siguiendo el orden establecido, por favor.
I can’t move, I can’t feel my body
Day two: Isolation (The Human Equation – Ayreon).
I don’t remember anything
What place is this… how did I get here?
I don’t understand, what’s happening…
Para mí esta historia llegó a convertirse en una obsesión en mi intento por descifrar el importante papel que pueden tener las emociones en nuestra vida. Porque, en ocasiones, son ellas las que nos manejan, influyendo en nuestras acciones o en las decisiones que tomamos. Esa es nuestra parte irracional, la que no somos capaces de controlar. Y me fascina el poder que pueden llegar a ejercer sobre nosotros, supuestos seres racionales, llegando a provocar que perdamos el control. ¿Qué puede más: el corazón o la razón? ¿La ira o la justicia? ¿La angustia o el razonamiento que nos dice que todo pasará?
En un trabajo más reciente de Ayreon se vuelve a plantear la cuestión de la ecuación humana. En el tema This Human Equation, un ángel caído habla de lo raros y preciosos que somos a pesar de nuestros defectos y contradicciones.
Somos una hermosa ecuación irracional compuesta de emociones contradictorias.
You’d think they were crazy
This Human Equation (Transitus – Ayreon).
I’d almost say… Stupid
But they can be amazing
Although they don’t look it
En cada uno de nosotros, las emociones ejercen una menor o mayor influencia dependiendo de muchos factores y nos definen. Eso es lo que nos hace únicos, no el color de piel o de ojos, ni la estatura, ni ningún otro rasgo de la apariencia; sino la errática combinación de racionalidad y sentimientos. El que seamos más sensibles o resilientes, el que riamos como locos con una tontería, el que amemos sin límites a pesar de que nuestra razón nos diga que no nos conviene, el que seamos contradictorios, en ocasiones generosos y en otras crueles, que resultemos encantadores a los ojos de una persona y que otra nos aborrezca. Somos seres únicos, caóticos, hermosamente imperfectos y por eso la ecuación humana resulta imposible de descifrar para una máquina. Somos una hermosa ecuación irracional compuesta de emociones contradictorias.
Un comentario sobre “Descifrando la ecuación humana”