Cartas a los que se han ido (1ª parte)

02/06/2025

Papá:

  Cuando te fuiste, me pidieron que escribiese algo breve para tu lápida, pero ¿cómo podría condensar todo lo que me gustaría decirte, lo que siento, todo lo que fuiste en tan solo cuatro palabras?

Ha pasado un mes de tu partida y las palabras continúan atascadas en mi garganta. Por eso intento ahora que mis dedos torpes las arranquen, aunque duela, porque deben salir o me ahogaré en ellas.

Tú y yo nunca fuimos de mostrarnos nuestros sentimientos. Tan distantes a veces y, sin embargo, tan parecidos. Tuvimos nuestros desencuentros, pero a través de la familia, la música y el arte, siempre hallamos el camino de vuelta. Aunque no lo mostrases a menudo, tenías un alma sensible que sentía y sufría como cualquier otra y toda esa sensibilidad la expresaste a través de tus obras. Así encontraste la manera de abrir tu interior al mundo, al igual que yo lo hice con las letras.

Quizá no te lo dije lo suficiente, pero creo que sabes que estoy orgullosa de ti, de ser tu hija, de tu transformación, de tu fuerza y valentía y agradecida por haber sido un gran abuelo. Orgullosa porque fuiste un luchador hasta el último de tus días.

De ti aprendí dos lecciones de vida: que tu mejor versión la alcanzas cuando te dedicas plenamente a tu pasión y que no debemos quedarnos demasiado tiempo donde no somos felices.

Sabes que en los últimos meses no apliqué estas lecciones porque ni el ánimo ni las energías me daban para más. Pero prometo que volveré a intentarlo. Aprenderé de mis errores, retomaré la escritura, buscaré mi lugar.

Tu partida, aunque anunciada, no por eso duele menos. Al contrario, siento que el dolor se amplificó con cada piedra en el camino, con la frustración y la espera como condena.

Desolados, así nos sentimos, como tu obra, con esa llaga abierta de la cabeza al corazón, conectando los recuerdos con las emociones, en una herida perpetua.

Desolación (artista: José Manuel Santamaría)

Como autora, me entristece que no puedas continuar creando, aunque en los últimos meses ya habías renunciado a hacerlo, destinando todas tus energías a la pelea con la cruel enfermedad.

Como tu hija, me parte el alma no poder volver a compartir contigo descubrimientos musicales, que me preguntases cómo me iba en el trabajo o contarte anécdotas, comentar el último cuadro que estabas pintando o descifrar la nueva forma que arrancabas a un trozo de madera inerte. Pedirte consejo.

Recuerdo cuando me enseñaste a montar en bici, cuando todavía te gustaba ir a la playa y nadar con nosotros. Mis primeras prácticas contigo al volante del 405. Tú intentando consolarme la primera vez que me rompieron el corazón. Tu paciencia infinita mientras enseñabas a pintar a Noa. Verte caminar con ella de la mano. Ver brillar el amor más puro en su mirada. Todos esos recuerdos, los tallaste en mi corazón para siempre. Ojalá yo te haya dado también un puñado de buenos recuerdos que llevarte en la maleta.

Creo que si pudieras enviarnos un mensaje sería el que dice esta canción (The spirit carries on), una de las tantas que compartimos:

«Sigue adelante, sé valiente. No llores en mi tumba porque ya no estoy aquí. Pero, por favor, nunca dejes que mi recuerdo desaparezca».

The spirit carries on – Dream Theater

Papá, deseo más que nunca que exista un más allá, que el espíritu trascienda a otro plano o a otra vida y que ojalá algún día volvamos a encontrarnos. Pero es una incerteza. Lo que sí sé, es que mientras agradezcamos tu existencia y te recordemos cada día, seguirás vivo en nuestros corazones y esa es una firme promesa.

4 comentarios sobre “Cartas a los que se han ido (1ª parte)

  1. … te acompaño en el sentimiento… tan solo quiero confirmarte que tu mensaje le ha llegado, al igual que a todos, los que hemos leído tu entrada hoy. ¿Por qué estoy tan seguro? porque tu padre al igual que el mío están en el mismo lugar, y aunque nosotros estemos en este plano de existencia y ellos en otro, existen y seguirán existiendo mientras que les recordemos.

    El agua cuando llega a 100 grados no deja de ser agua, cambia de estado pero nada más. Para nuestros padres es igual, o al menos es mi forma de pensar, sentir y por ende, crear.

    Te envío un abrazo desde el alma.

    Fco. Javier Santamaría E.

    Me gusta

Replica a Almu Santamaría Cancelar la respuesta